segunda parte, La niña hiperactiva.
La tarde se hizo presente casi sin que se dieran cuenta. Los chicos pareciera como si vivieran en un mundo aparte. El terreno era muy amplio, sobre el costado derecho de la casa había arboles caídos de alguna vieja lluvia. Los chicos subían y bajaban como toboganes por ellos. A la mañana siguiente los despertó el olor a tostadas y queso de cabra. Olga la madre de los niñas salio por la gran puerta vidriada que daba a la galería. No había más lugar en los pulmones, para tomar el aire fresco de Cañuelas. Los pájaros parecían que dieran la bienvenida. En su interior una mezcla de felicidad y desconcierto la invadan. Que mágica ilusión habían envuelto a Clarisa?. Solo el correr de los días lo develarían. Ese día fue intenso, jugaron a la taba, cabalgaron he incluso les quedo tiempo para ir a las carreras. Terminaron rendidos con un asado con cuero que era para chuparse los dedos. Temprano fueron acostarse ya que al día siguiente se presentaba una fiesta gaucha, prometía ser una gran fies